Según fuentes muy cercanas a la Primera Dama de Argentina, incluido uno de los psiquiatras que la ha tratado, Cristina sufriría un trastorno bipolar, antes llamado psicosis maníaco-depresiva. Es una enfermedad que combina picos de euforia con otros de depresión, que afecta a entre tres y cuatro de cada cien personas y que se estabiliza con tratamiento psiquiátrico y una adecuada medicación: la droga más antigua es el litio, y a eso se suman dos sustancias químicas como el divalproato y la lamotrigina, a las que los especialistas llaman "estabilizadores del ánimo". Según el psiquiatra de Cristina, que pidió reserva de su nombre, el caso de la senadora sería leve y estaría bien controlado. El hombre es una eminencia en trastorno bipolar y atiende a unos seis pacientes por día en su consultorio porteño.
Luego de esa revelación, que mereció comentarios en la prensa internacional y silencio entre los medios kirchneristas del país, no hubo ninguna confirmación ni desmentida del Gobierno, como si la situación no lo ameritara. Sí trascendió la molestia de la ahora candidata presidencial cuando un secretario le llevó la revista y la dejó sobre su escritorio.
La seriedad del tema merece un debate entre los especialistas, sobre todo ahora que Cristina Fernández ha tomado una decisión que ,a todas luces, parece injustificada: la nacionalización de YPF. Los expertos señalan que este tipo de decisión podría ser el producto de un estado maníaco intenso y pasajero. Temen, asimismo, que pueda ampliar las nacionalizaciones a otras empresas españolas con capital en Argentina.
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