Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea, dice...

«¿Qué es mejor, tener un trabajo mediocre o no tenerlo?». La pregunta no la realiza cualquiera, sino el vicepresidente de la Comisión Europea, el socialista Joaquín Almunia. En esa desesperada dicotomía se resume la situación de millones de personas en España, entre parados y trabajadores con salarios irrisorios muy por debajo de su cualificación. Y en este contexto, el modelo de los 'minijobs' surge con fuerza en un enconado debate en el que el Comisario de la Competencia de la UE se muestra favorable.

Para reducir el elevadísimo paro del 23% en España, más del doble que la media de la UE (9,9%), Almunia apuesta por los polémicos 'minijobs', trabajos a tiempo parcial con una remuneración de hasta 400 euros.

Almunia vuelve a reclamar importantes reformas para que España salga de la crisis y retome la senda de la recuperación. Entre ellas se encuentran algunas medidas muy polémicas, como la reducción de los salarios o el copago sanitario. Pero además, el comisario ve «imprescindible» una reforma laboral «más ambiciosa» que la realizada por el Gobierno de Zapatero.

Por ello, pide más «flexibilidad» para acabar con la «rigidez salarial» justo cuando sindicatos y patronal han alcanzado un acuerdo para aumentar los salarios un 0,5% en 2012 y un 0,6%. en 2013. «Alemania lleva años con poder adquisitivo cero o negativo y ha aumentado su productividad», concluye. Los convenios colectivos también están en el punto de mira. Almunia critica que en la actualidad la mayoría se rigen por acuerdos sectoriales o territoriales «independientemente de la realidad concreta de cada empresa».

Ante un panorama de imperiosa necesidad de reducción del déficit, la opción del copago en sanidad cada vez logra más partidarios. El propio Almunia no ve con malos ojos esta posibilidad: «Decir que la sanidad gratuita para todos es un sistema elemental del Estado de bienestar no es verdad», aunque matiza que el Estado deberá ayudar a aquellas personas con menor capacidad económica. Este modelo está implantado en numerosos países de la UE, como Bélgica o Francia. Sin embargo, supondría traspasar una de las líneas rojas para los sindicatos y el propio PSOE.

El miedo a la recesión es patente en Bruselas. Sin embargo, las premisas para modificar los objetivos de déficit están claras: flexibilizar a cambio de reformas. El Gobierno de Mariano Rajoy siempre ha afirmado que cumplirá los objetivos de déficit fijados en el 4,4% para 2012, por aquello de mantener la confianza de los mercados, pero el desvío hasta el 8% debido a las comunidades autónomas hace casi imposible su cumplimiento salvo recortes drásticos que provocarían una profunda recesión. Por eso confía en que Bruselas dé algo más de margen en las cifras. Almunia dejó claro que esa posibilidad puede existir siempre y cuando se cumpla con el programa de reformas. A su juicio, el Gobierno español debe explicar «muy claramente» la reforma del mercado de trabajo y la reestructuración del sistema financiero.