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30 de maig 2011

Esa madrugada del 29 de junio

El sábado de madrugada (hacia las 2.15), pude comprobar que lo que sucede en Barcelona (y por extensión en Catalunya) con los Mossos d'Esquadra es algo grave, MUY GRAVE. Sí, lo he comprobado otras veces en persona, lo he visto en las agresiones salvajes para desalojar a los concentrados en la Plaça Catalunya. Pero no sé cómo describir la situación que tuve que vivir esa madrugada del 29 de junio con un montón de mossos armados hasta los dientes y enfurecidos. Pertenecían al operativo desplegado para la final de la Champions que ganó, como era de esperar, el FC Barcelona. Junto a otra gente deambulaba por el centro de la ciudad, paseando, al margen de toda celebración. Desde lejos vi a un ejército de soldados vestidos de oscuro, sin identificar. Me acerqué y, junto a mucha otra gente, me hicieron desviar por otra calle. Una chica que andaba despistada, continuó andando y un mosso se abalanzó brutalmente sobre la pobre chica con una porra. No hacia nada la chavala, andaba distraída con su pareja, y sin mediar palabra una bestia con casco casi le llena el cuerpo de moratones o fracturas. Su novio la apartó a tiempo. El mosso, sin embargo, aporreo al chaval, que acabó muerto de miedo. Otros intentaron preguntar por qué no se podía circular por esa zona de la Gran Vía, distanciada de Canaletes, centro de las celebraciones del Barça. No se podía hablar con los mossos, te enseñaban la porra sin mediar palabra, cuando no te encañonaban con la escopeta de pelotas de goma. Además ¡eran 20 o más! Todo el mundo acabó aterrorizado, la gente marchaba asustada y algunos mossos se acercaban como posesos con la porra y la escopeta de pelotas de goma para intimidar.

Esta gente está completamente loca, son delincuentes vestidos con escafandras de ciencia-ficción. No hablan, solo pegan, gritan, están como drogados de odio: parecían literalmente legionarios acabados de salir de una jaula. La pregunta es: ¿Actúan por decisión propia con semejante agresividad y cobardía, o reciben órdenes? Sinceramente, algo anda muy mal aquí. Esos mossos antidisturbios parecían algo así como un ejército de psicópatas sádicos que actuaban al margen de cualquier ley posible y bajo los más bajos instintos salvajes y brutales.

Felip Puig se ha convertido en una especie de sherif catalán, pues comanda a esas bestias fascistas. ¿Actuarían así ante gente peligrosa de verdad, o solo se creen muy gallitos porque van con escafandras y armados ante gente indefensa?

Me quedo sin palabras y sin entender qué se esconde detrás de los mossos. Ahora entiendo por qué se han quitado las cámaras de las comisarias. Esa madrugada del 29 me horroricé solo de pensar en las torturas y vejaciones que deben haber cometido esa pandilla de energúmenos disfrazados de hombres de Harrelson. Es intolerable, inadmisible, propio de las épocas más oscuras de la policia nacional (grises, etc.). No es demagogia ni nada por el estilo. Es la pura y dura realidad enferma que nos ha tocado vivir en Barcelona y Catalunya. Sin palabras...

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