Arrasan en las elecciones los partidos más vinculados a las mafias financieras

Sobre la base de que votar es sinónimo de  potar, hoy, más que nunca, nos podemos preguntar -o quizá ya no, porque hemos lanzado la toalla (yo lo hice hace tiempo)- por qué la mayoría de la población vota - y no bota- a la opción política más claramente vinculada con los agentes desencadenantes del latrocinio financiero y los destructores de los derechos de los trabajadores y la población mayoritaria. Una especie de asco, incomprensión y pesimismo radical ante la especie humana es lo que produce ver cómo la gente que vota lo hace A FAVOR DE SU PROPIO VERDUGO. Vota a quien más apoya a los bancos, a la desregulación... ¿Por qué? ¿Realmente los votantes no ven la realidad o es que ya se revolcan en el lodo?

La hecatombe del capitalismo global y la incapacidad para que la gente se dé cuenta de la que se le viene encima han posibilitado, una vez más, que la mayoría de votantes de España, no de la población total -eso sí sería un drama- (hay una elevada abstención: la opción más lógica desde el sentido común más básico), voten a los partidos políticos que van a cercernar más el bienestar general, los derechos laborales, el acceso a una sanidad pública de calidad (cuando no a su desmantelamiento); a partidos sumisos y complacidos -los más beneficiados por la supuesta crisis- ante el poder financiero y la ley brutal del mercado inhumano.

PP en España y CiU en Catalunya han ganado las elecciones: los partidos más corruptos (junto al PSC-PSOE) y que más apoyan descaradamente a los causantes del descalabro ecónomico originado por el poder financiero y los mercados.

No quiero hablar directamente de imbecilidad colectiva (aunque existe la tentación), pero lo que sí digo aquí y ahora a toda esa masa votante de las opciones más antisociales posibles es que después no se atreva a llorar, pues ha dado su cheque en blanco para que esas élites dirigentes sigan con el saqueo y desmantelamiento (aún más) de los derechos de la mayoría al dictado de sus amigos los bancos, los mercados... Hay la otra mitad más o menos de población (abstencionista) al margen o que se cuestiona radicalmente el sistema: esa es la única esperanza, un pequeño rayo de luz en las tinieblas.

Hoy es un día de trágico luto, pero también de reafirmación en que ¡HAY QUE LUCHAR A MUERTE CONTRA LA LOCURA COLECTIVA Y PARA ACABAR CON ESTE SISTEMA PUTREFACTO Y SIN SALIDA!