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16 d’octubre 2010

El Deseo y la Ley

El conflicto entre el Deseo y la Ley rige nuestra sociedad. Las estructuras sociales de la civilización espectacular-mafiosa en que vivimos se experimentan, a través de las reglas morales o de comportamiento que impone, como rémoras para los deseos de cada individuo. El sujeto individual, con sus ansias, sus emociones... choca con el comportamiento exigido por la organización social, pero su conciencia lo aprueba e interioriza su necesidad. El rechazo radical de los imperativos morales y de comportamiento puede adoptar la forma de demencias individuales, de "perversiones" morales y de conducta. El encierro pisquiátrico o judicial suelen ser la solución en el ámbito social.

Pero tal rechazo también puede adoptar la forma de una RESISTENCIA ACTIVA y CONSCIENTE ante esta organización social. En épocas de bonanza económica y política estas formas de rechazo son minoritarias. La respuesta más habitual en ese contexto es la sumisión a las leyes morales, la interiorización de dichas leyes y la negación del conflicto. Esa interiorización se llama NEUROSIS.
¡Pero resulta que ahora estamos en el Big Bang de una CRISIS  ECONÓMICA de dimensiones imprevisibles!

Sigamos. En una organización muy estructurada cada uno es víctima de una forma de neurosis más o menos manifiesta, con la excepción de los "locos", los "delincuentes" y los "políticos", carne de exterminio de los campos de concentración.

La agresividad es común a todos los neuróticos. A veces se manifiesta en forma de ironía y en juegos de ingenio. Entonces, la compostura es rígida... y las manos están húmedas por la angustia. Los impulsos incomprensibles y dolorosos (obsesiones por el orden, clasificación, limpieza, introspección maníaca...) se convierten en el pan de cada día. La existencia se torna muy a menudo en esencialmente falsificada, se busca una personalidad de sustitución. Y esta personalidad fundada en la farsa tiende a estabilizarse y a cristalizar en formas socialmente aceptables. Pero a veces la despersonalización adaptativa estalla brutalmente (esquizofrenia).

Hoy, el sujeto neurótico (TODOS LOS INDIVIDUOS) es ocultado, ignorado o directamente negado. El sistema de producción de la sociedad actual está bajo el control de los medios de información y es propiedad de los instrumentos de comunicación. El orden está regido por la organización del espectáculo y por la estructura del lenguaje que ha plasmado, no está garantizado por la propiedad ni por la policia.

La imagen, sólo la imagen y nada más que la imagen. Ese es el nuevo orden.

El espectáculo como organización propone roles con los que cada uno puede identificarse: vestimentas, gadgets electrónicos, muebles, libros y otros "productos culturales". Al espectáculo se responde con mitomanías generalizadas y con una ocultación absoluta de la realidad vivida. El parado, el asalariado, el telespectador, el ejecutivo se identifican con narcos, con Cristiano Ronaldo, con Bill Gates o con Sara Carbonero, más que con una realidad propia que consterna y que no tiene ningún espacio en este espectáculo. Los personajes "ejemplares" a partir de los cuales el neurótico (todos los individuos) reconstruye su personalidad ficticia son fácilmente identificables, pero no encuentra en ellos su curación. Se nutre de la mirada de los otros y esa mirada le da vida, PORQUE CUALQUIER OTRA VIDA LE VA A SER PROHIBIDA.

Esta manera de estar en el mundo sólo por la mediación de las imágenes hace que los impulsos prohibidos se canalizen, falsificando la vida ausente.

La pregunta es: ¿Cómo sostener esta farsa en la situación de crisis actual? ¿Entraremos de lleno en una sociedad "post-espectacular"?

¿Qué farsa tiene ahora el individuo neurótico para canalizar su no vida? ¿Continuará funcionando la mitomanía, o se convertirá en piromanía?

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