Aunque ya hace tiempo que uno no apuesta por nada ni nadie en el ámbito de la política, una profunda sensación de náusea, asco e indescriptble desaliento es la que han dejado los comicios electorales de Catalunya.
Pese a la nefasta gestión de Montilla, QUÉ HORROR ver a Artur Mas y a CIU como nuevos gestores del futuro -no futuro- de Catalunya. Gran parte de la población catalana conoce las manera mafiosas y corruptas del partido convergente (veinte y tantos años de mesianismo pujolero fueron un suplicio difícil de digerir). Su único mantra OS VAMOS A JODER PERO BIEN A LOS POBRES, ESO SÍ, EN CATALÁN, QUE NADIE SE PREOCUPE pronto se dejará notar, qué duda cabe.
Peor imposible, pues. Pero ahí no acaba todo: el único foco de resistencia peninsular al pp más racista y xenófobo que se recuerda ha sucumbido a los cantos de sirena de Alicia Sánchez Camacho... Esta formación ha pasado a ser la tercera fuerza política en Catalunya, dejando de ser un partido marginal (lo cual constituía un cierto orgullo y honra del que ya no podremos presumir muchos catalanes).
Pero aún hay más. El ascenso grotesco y nihilista del partido independentista de Laporta (4 escaños ha logrado) es un hecho en Catalunya. Qué a nadie se le olvide: el ex presidente del Barça saqueo para su disfrute las arcas del club en borracheras, orgías y en lo que nadie sabe ni sabrá. Pero mucha gente lo ha votado: ¿será el nuevo modelo de triunfo en esta nave de los locos en qué vivimos? Ahí es nada. Bueno, no nos debería extrañar nada ya: recordemos que CIU bebió y comió del saqueo del Palau de La Música.
El panorama es desolador. NO HAY FUTURO.
El futuro nunca ha existido Es lo que ahora pienso Después No sé después La política es una mala música No sé por qué la tocan A mí Arturmas Parece un muñeco malo Muy malo Estoy en Catalunya Eso parece Saludo cordial amigo Vamp
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